La orfandad histórica de la ermita de Los Remedios de Sesma toca a su fin gracias al hallazgo de dos libros del siglo XVIII en el archivo municipal que documentan de forma minuciosa desde los donativos de los vecinos hasta quienes se encargaron de su construcción. El grupo de voluntarios que se encarga del cuidado de este legajo desde hace cuatro años reparó en los ejemplares que se presentarán al público el próximo 29 de abril, jornada que Sesma dedica al esparto.
El centro etnográfico P. Tomás Esteban, que reabrirá sus puertas en este día, cobijará los dos libros ya que también este inmueble se pudo restaurar gracias al impulso de estos "archiveros" voluntarios: la edil de Cultura Mari Carmen Soto Zábal; la profesora jubilada Merche Martínez Palacios; la administrativa Gemma González Morrás; el historiador Víctor Asensio Palacios y el seminarista Íñigo Serrano Sagaseta de Ilúrdoz.
"Nos hubiera gustado recuperar la ermita, pero ya que la falta de presupuesto lo impide, al menos rescatamos su memoria", explica Merche Martínez Palacios que, al igual que el resto de sus compañeros, comenzó hace cuatros años a investigar el archivo local. "A fuerza de coincidir en el despacho del edificio consistorial donde se guardan estos documentos decidimos agruparnos", rememora a su vez Mari Carmen Soto. Durante este tiempo, aprovechado los domingos por la tarde, han clasificado los legajos siendo los más antiguos que han encontrado del siglo XIV.
En cuanto a los libros, sus páginas les ha permitido conocer que de la ermita actual se colocó la primera piedra el 13 de mayo de 1723. "Y para musearla, como decían en la época, en torno a 1746 se remodeló la fachada principal y se hizo el pórtico actual. También se señala que en su construcción trabajaron artistas de Sesma, que habían ido a Madrid a aprender arquitectura y cómo tallar la piedra. Entre ellos destaca Silvestre de Soria, que también realizó otros trabajos por la zona", desgrana Merche Martínez.
"LA LLEGA", UN DONATIVO EN GRANO DE CEREAL
El libro destinado a las cuentas no se limita a un desglose de entradas y salidas de dinero. "Nos ha permitido descubrir una antigua costumbre, conocida como 'La llega' en la que los vecinos al término de la cosecha hacían donativos a la ermita en grano de cereal", indica Merche Martínez. En este ejemplar también aparece una relación de todos los ermitaños así como las funciones que debían desempeñar que, además de recoger la limosna en grano de los vecinos, se encargaban de mantener en condiciones el recinto religioso y dar parte de las cuentas a los patronos (el Ayuntamiento y un representante de la iglesia); también aparecen varios inventarios sobre los bienes que se poseían. El otro libro, el de la Cofradía de la Esclavitud de Nuestra Señora de los Remedios, data el origen de la orden en 1714 y detalla las obras realizadas en el recinto religioso, así como a quienes se encargaron los trabajos.