Desde hace más de dos décadas, los agricultores de Sesma disfrutan de una concesión del Ebro que permitió habilitar en la localidad 30 hectáreas de regadío, en las que se instalaron invernaderos de cara a la producción de hortalizas para fresco como lechuga, pimiento o pepino. A esta superficie, se le unen otras 100 más de comunal en la que se cultivan árboles frutales (principalmente olivos en espaldera en compañía de nogales, almendros y endrinos) junto a espárrago.

Para llevar agua hasta Sesma, la Confederación Hidrográfica del Ebro aprobó derivar del río 380.000 metros cúbicos al año que se reparten mediante el sistema de riego por goteo. El Ayuntamiento paga por esta concesión 800 euros al año, a lo que se suman los gastos originados por el bombeo y que se sufraga con lo que abonan los agricultores por metro cúbico de agua: 0,12 euros. Generalmente, de esta concesión sobra agua por lo que desde Sesma se ha tramitado ante la Confederación el permiso para utilizar este caudal en más regadío. Y se ha obtenido el visto bueno para ampliar la superficie en 150 hectáreas más repartidas entre una decena de agricultores.

La ampliación permitirá beneficiarse del riego a los propietarios de fincas que hasta ahora no disfrutaban de esta concesión. Pero no podrán variar sus cultivos, sino que se contempla la utilización de este sobrante de agua para planta viva; es decir, para aquella que ya existía en la zona. Se trata sobre todo de cultivos de secano, como viña, olivar y también endrinos y, al igual que en el caso anterior, el sistema será por goteo.

Para garantizarse el agua, el aumento de superficie también contempla la construcción de una balsa de 40 millones de litros en la que se almacenará el caudal sobrante durante el invierno de cara a su utilización en época de estiaje. Actualmente, Sesma dispone de 7.375 hectáreas dedicadas a la agricultura, de las que la mayoría (3.890) son para cereal de secano.

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