De 1 a 3 euros. En Sesma esperan que esta diferencia de precio entre el metro de cobre y el de aluminio en el mercado negro sea una razón de peso para que el cableado eléctrico de la localidad sobreviva a la oleada de robos del metal que padece la comarca. "Aquí nos dejaron sin más de mil metros de conducto y también se llevaron el que abastecía los focos del campo de fútbol", enumera el primer edil, el socialista Pedro Mangado.
Fue el electricista encargado del mantenimiento municipal, Javier Bea Raón, el que propuso al Ayuntamiento que aprovechara la renovación del alumbrado público para introducir el nuevo cableado. "Iberdrola en todas sus redes exteriores lo utiliza y pensé que sería buena idea porque, como pesa menos, su valor es muy inferior", comenta Javier Bea.
Tan sólo hay un inconveniente, el aluminio es peor conductor que el cobre. "Pero si aumentamos la sección de 10 a 16 milímetros entonces ya no ofrece ningún problema. De hecho, el nuevo alumbrado funciona perfectamente sin que se note diferencia con aquel otro que aún lleva el antiguo metal", afirma Javier Bea.
De un tirón
El Ayuntamiento está dispuesto a sustituir todo el cableado ya que, afirma su alcalde, los ladrones han encontrado un sistema muy sencillo para arrastrar la red. "Simplemente, quitan las conexiones de las farolas, buscan una arqueta y, de ahí, la sacan atada a un coche. Así de un tirón les salen cientos de metros", dice Pedro Mangado.
Una operación que, como grabaron las cámaras del polígono industrial, se hace en dos noches. "Sólo que en esta ocasión, después de desconectar los cables de las luminarias, al día siguiente la Guardia Civil ya les estaba esperando cuando regresaron con el coche para arrastrar el cobre", recuerda el alcalde. Actualmente, el municipio ya dispone de 1.800 metros de cableado de aluminio que, junto a los antiguos conductos de cobre, suministran electricidad a las 420 farolas repartidas por el casco urbano. La renovación ha afectado a 260, de las que aproximadamente la mitad tienen incorporado a su cableado el nuevo metal. Y si había alguna duda sobre si también se adaptarían a las exigencias del sistema led que han incorporado las nuevas luminarias, un funcionamiento sin problemas ha despejado las incógnitas.
"Estábamos realmente hartos de los robos de cobre. Ya no sólo es el coste que supone, sino también que nos dejaban sin servicio como ocurrió con las cuatro torretas del campo de fútbol. Y si no hay luz, los jugadores tienen que entrenar en el frontón. Por no hablar de los dos paseos que se quedaron a oscuras por lo que los vecinos no iban a esta zona aunque se había dejado acondicionada", añade el primer edil de Sesma. "Y ahora, de momento, no nos lo han tocado". Al parecer, sí se abrió en una ocasión una de las arquetas pero no se sustrajo nada quizá porque el aluminio no les pareció un botín importante.
Un tipo de robo que se convirtió en oleada con la llegada de la década.
El robo de cobre se ha convertido en un "clásico" y ya no sólo en la comarca, en toda Navarra y en España gracias a su revalorización en el mercado a principios del año 2000 ya que países en expansión, como China, demandan grandes cantidades de este metal para sus infraestructuras lo que trajo un 50% de aumento de precio. En Tierra Estella, el robo del cobre, además, hasta ha tomado tintes dramáticos cuando en marzo del año pasado un vecino de Azagra de nacionalidad rumana murió mientras cortaba los tirantes de una cubierta en una granja de Artajona. Sustracciones que han dejado sin suministro polígonos, como el de Yerri o el de Viana, campos de fútbol -además del de Sesma, también el de Cárcar y Lodosa- y nuevas urbanizaciones, como la de Allo o, de nuevo Viana. Otros municipios también han tomado medidas para atajar los robos, y así Lodosa selló sus arquetas.