"Es un gesto en agradecimiento por el intenso trabajo que están realizando en la enseñanza de la música y al movimiento que dan al pueblo con sus actividades y conciertos", explicó el primer edil.

La tradición musical se había perdido en Sesma, pero desde el surgimiento de La Paticuesta (que hace referencia a una localización del municipio) hace cuatro años, su avance ha sido imparable. Cerca de 30 personas componen esta formación en la que conviven todas las edades. Entre todos ellos habían elegido al más veterano, Antonio Díaz García, un percusionista de 65 años conocido como "Zarra", para prender la mecha.

"Me hizo mucha ilusión. Primero por todos, por el homenaje que se hace a la banda, pero también por el hecho de que mis compañeros me eligieran a mí". Aún así temía estar nervioso cuando llegase el momento. Por eso preparó un discurso sencillo, de agradecimiento a la gran colaboración que prestan los vecinos a la banda. En correspondencia, deseó a sus vecinos que se divirtiesen en fiestas. Al final de sus palabras llegó la dedicatoria del cohete a un amigo ya fallecido, Juan María Casadamón Zábal. "Lo he hecho porque le gustaban mucho las fiestas", justificó.

Pedro Etayo Etayo dirige la formación musical homenajeada, que al hilo de su actividad ha creado una escuela de música en la que los miembros más jóvenes adquieren conocimientos. También en los ensayos de cada viernes el conjunto se va perfeccionando. Su andadura ha sido corta pero intensa, desde la primera actuación en Carnavales de 2007 hasta el primer concierto de banda, que tuvo lugar el 29 de julio. "Lo mejor es que la gente siempre responde muy bien y eso nos da ánimo para seguir mejorando", indicó Etayo.

Los sones de la Paticuesta animarán varios de los actos programados en unas fiestas en honor a la Virgen de Nievas que se prolongarán hasta el próximo jueves. El presupuesto (que incluye tambien los festejos de septiembre) se ha rebajado este año en 6.000 euros hasta los 60.000, sobre todo por la eliminación de los fuegos artificiales. "Eran muy caros para el resultado que daban", explicó el concejal de Festejos Rubén González Morrás. A cambio, se ganan dos actuaciones, una de baile bielorruso el domingo y otra de música y danza senegalesa el jueves.

Tras el cohete, la salida con la comparsa y la charanga, en el caso de ayer la de Funes, es el momento más esperado por los niños de Sesma, que sin descanso realizan un recorrido que incluye todo el pueblo y cuya duración, más de una hora, hace que acaben exhaustos. Si a eso se suma que, como ayer, el calor de agosto suele ser intenso, no es extraño que en el periplo y mientras no dejan de correr ante los cabezudos, pidan cubos de agua casa por casa para refrescarse.

Quienes no tuvieron ayer esa opción son los integrantes de la comparsa, atrapados en sus trajes. Los dos gigantes de Sesma representan a dos personajes muy distintos de los tradicionales monarcas, se trata de Cleopatra y Marco Antonio, que son paseados por Francisco Eraul Mecoleta y Mikel Bengoextxea Etxazarreta, que tomaron este papel hace unos cuatro años, cuando se retiraron los anteriores. "Siempre había querido ser gigante y además lo he hecho por mis dos hijos, que están encantados", reconocía.

También hace poco tiempo, unos dos años, que Javier Garralda Eraul, empezó a sacar uno de los dos cabezudos (que en este caso no tienen nombre) junto con Alejandro Argüello Henríquez. "Es bastante llevadero, porque no pesan tanto como los gigantes y sólo se hace un pasacalles por las mañanas", reconocía.

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